ALAVÉS 1 - CÁDIZ 1
TRAGICOMEDIA, O COMETRAGEDIA O YO QUE SÉ
ALAVÉS: Pacheco, Martín Aguirregabiria, Laguardia, Lejeune, Rubén Duarte, Tomás Pina, Manu García, Pellistri (Pere Pons 85'), Luis Rioja (Lucas Pérez 65'), Edgar Méndez (Córdoba 79') y Joselu.
CÁDIZ: Ledesma, Fali, Marcos Mauro (Salvi 6'), Cala, Espino, José Mari (Garrido 91'), Jonsson, Álex Fernández, Alberto Perea (Jairo 91'), Sobrino (Malbasic 83') y Negredo (Saponjic 83').
ÁRBITRO: Díaz de Mera Escuderos (castellano manchego). Amonestó a Tomás Pina por el Alavés y a Salvi, Fali, Saponjic y al entrenador Álvaro Cervera por el Cádiz. Expulsó a Manu García (81') por doble amonestación.
GOLES: 1-0 Joselu (p.) (36'), 1-1 Álex Fernández (p.) (84').
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 27ª jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Mendizorroza a puerta cerrada.
Si Cervera tiene, un poné, 70 pulsaciones por minuto, cuando al Cádiz le marcan un gol en el primer tiempo, las pulsaciones se le ponen a 60. Si fuera ciclista le dirían el Goma. Deja ir al rival por delante, y no lo pierde de vista. Ni se inmuta, mantiene la distancia y termina pillándolo. Porque el uno a cero puede durar hasta el final del partido…o no. Lo importante es que no metan el segundo. Y así empatamos en Elche, en Barcelona, hoy…Mientras que el partido está a un gol, hay partido. Aunque no se haga nada, aunque se realice el mejor homenaje que pudiera hacerse a la selección galesa de rugby, con tanto puntapié al cielo vitoriano, y aunque la estadística de tiros a puerta sea un cerapio redondo y orondo. El primer tiro a puerta puede ser el bueno. Una única llegada puede ser la que se busca. Y hasta que el árbitro no pita, puede aparecer el momento. ¿Desespera? Tela. ¿Funciona? De momento casi siempre. Hoy la ocasión llegó de penalti, el segundo de la temporada, el cual nos parece increíble que nos lo hayan pitado, después de las tropelías que hemos aguantado este año. Es penal, justito, pero penal. El gachón del Alavés con esto de la pandemia, usa los coditos más allá de lo que es el saludo reglamentario de una año pacá, modo “Cuco”, y por eso acabó en la ducha antes que ninguno. El pelirrojo, que hoy se ha visto otra vez enmarronado por el ala defensiva derecha, es a otro que cuando le ponen por delante un penalti en los últimos minutos, se le pone la sangre a la temperatura de un topolino de los Italianos. Pongámonos en cola para el besapié del del pelo colorao.
Se sabía que si se ganaba, era como cuando en el Parchís se saca dos seises seguidos y luego un cinco. Avanzando por derecho. También se sabía que si perdíamos, se sacaban tres seises seguidos, o sea, batacazo. Nos quedamos en un “ni pa ti ni pa mí”, que no nos viene malote, al contrario que al Alavés, para el cual el empate es un pisotón gordo, más teniendo en cuenta que la semana que viene visita el Wanda. Con la tontería del empatito, y esperando el resultado del Éibar mañana, ahora mismo estaríamos salvados a falta de dos partidos para el final. Son seis puntitos, que en verdad son siete. Después del Tourmalet del inicio de la primera vuelta, que ya va pasando al olvido, hemos metido distancia de por medio con el penúltimo y con el antepenúltimo. Sin jugar como el Brasil del 70, dicho sea de paso, pero ya sabadito por la tarde, y después de no morir engollipado con el pitraco de un filete por culpa de los horarios ligueros, ya en el ocaso del sábado sabadete, lo piensa uno fríamente (e intentando borrar de la mente la malbasicada del día), y le ve color a la historia. Al trío lalalá, o lo que es lo mismo, el hermano mayor, el mayordomo y el tesorero del Descendimiento a Segunda, los miramos con las gafa del lejos. Buen regalo de cumpleaños para el Loco.
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