LALIGA SANTANDER JORNADA 34

GRANADA 0 - CÁDIZ 1

BENDITA CUARENTENA... DE PUNTOS

GRANADA: Aarón Escandell, Foulquier, Germán, Nehuen (Víctor Díaz 46'), Quini, Gonalons, Montoro, Yangel Herrera (Soldado 54'), Antonio Puertas (Kenedy 46') (Fede Vico 79'), Machís (Luis Suárez 64') y Jorge Molina.

CÁDIZ: Ledesma, Iza Carcelén, Fali, Cala, Akapo, José Mari (Garrido 90'), Jonsson, Salvi (Jairo 65'), Iván Alejo (Malbasic 90'), Sobrino y Negredo (Choco Lozano 78').

ÁRBITRO: Díaz de Mera Escuderos (castellano manchego). Amonestó a Luis Suárez, Gonalons, Quini, Montoro y Aarón por el Granada y a Negredo y Sobrino por el Cádiz. Expulsó a Soldado (87') por doble amonestación.

GOL: 0-1 Sobrino (39').

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 34ª jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes a puerta cerrada.

CRÓNICA SULFURERA: Entramos en las cuatro últimas jornadas. Antaño, en los años de futbolistas sin tatuajes y árbitros cincuentones,  el Cádiz llegaba a este punto de la temporada como el torero agonizante llega a la enfermería, como el reo escuchando detrás suya a un cura, como María Antonieta subía las escaleras que le llevaban a la guillotina. Pero entonces, se aparecía un Santo de camiseta rosa y bigote tupido. Y San Ramón Blanco, a veces como ventrílocuo de un entrenador inglés, y otras como sustituto de emergencia, obraba el milagro de la salvación. Y en cuatro partidos, el Cádiz desordenaba la tabla por abajo, y salía de los puestos infernales: el torero salvaba la vida, al reo lo fusilaban mal como a Miguel Gila, y María Antonieta…bueno, la Toñi no se salvó. Luego ya,venía una promoción infartante donde se remataba el acto divino de San Ramón Blanco. Hace no mucho, San Ramón subió a los cielos futboleros, pero en compensación nos enviaron a un nuevo Santo. Cambió la camiseta rosa por las gafas, y el bigote por una barba frayleopoldiana. Y ahora, San Álvaro Cervera vuelve a obrar el milagrito. Pero esta vez, en lugar de concentrarlo en las cuatro últimas fechas, optó por repartir sus actos prodigiosos a lo largo de la temporada. Ante la emergencia sanitaria mejor no colapsar las UCIs con miocardios cadistas dañados por la tensión, así que San Gafa, santo diesel, prefirió un milagro dosificado. Y hoy se ha culminado. Cuarenta puntacos como cuarenta soles. Y una celebración por parte de Cervera, la cual me atrevería a decir que supera a celebraciones de Mundiales, Copas de Europa y bonolotos de seis. Aún no es matemático, pero sí es impepinable:el año que viene seguiremos en Primera.

Del partido, ¿Qué te cuento? Era sabido que el Granada ha llevado palante Liga y UEFA, y eso se traduce en cierta quemaera lógica a estas alturas. Así que hoy se apretó arriba un poquito más de lo normal y el resto de la historia ya la conocen: partidazo de los chavalotes. Especialmente de un tío que dentro de un mes cuando empiece la Eurocopa, tendrá a medio Cádiz deseando que Dinamarca llegue lejitos. Como si Copenhague cogiera camino de Zahora. Jonsson es un cacho centrocampista como la copa de un pino. Y no sólo recupera balones y mete la pierna hasta el tuétano, sino que de vez en cuando se pone el mismo frac que utilizaba su paisano Laudrup, y conduce la pelota subida a una bandeja de carey. El pero de hoy han sido las manitas de Ledesma, y esa manía que tiene de ponerse manteca colorá en los guantes, o esa filia al despeje frente a la fobia al agarre. De momento las pifias no están yendo más allá del cachondeo propio. Hasta que no sea así y nos acordemos de las castas de Conan el Bárbaro y de las de Tarzán de los Monos. Por último, destacar el duelo al sol entre dos viejos pistoleros: Soldado y Negredo, ambos con pasado madridista sin bagaje especialmente exitoso en el primer equipo, pero con amplia solvencia goleadora allá por donde se han movido. Historias con ciertos paralelismos. Me quedo con el de Vallecas de aquí a la Habana. Entre otras cosas porque el de nombre castrense y estética joseantoniana, hoy ha quedado retratado haciendo el chufla, primero por la expulsión express, y luego por la patá que le ha dado al televisor del VAR (¡Que eso vale un dinero, muchacho!¿Qué te ha hecho la tele joé?), mismo aparatito que en el partido de ida se comió con papas aquel atropello ferroviario a Perea. ¿Se acuerdan? Como para olvidarse. Qué quieren que les diga, al Soldadito marinero lo imagino con un poster de Rocío Monasterio en picardías pegao en la carpeta y al cadista-vallecano le veo más pinta de irse de birras con cualquiera que le toque una mijita las palmas. Así que,si por un casual lee esta croniquita, Alvarito, yo convío a la primera, picha. 

Hoy no hubiéramos ido a las Puertas de Tierra, aunque hubiera caído una rondita post-partido. Recuerden que aún no es matemático. Hay una probabilidad de no sé cuantos trillones o por ahí de combinaciones, de que seis de los ocho equipos que tenemos por debajo, lleguen a los 41 puntos y nosotros no. Hay que imaginar mucho para llegar a la debacle. Ni John Lennon con el piano y la china al lao imaginaba tanto. Imagina el mundo en paz, imagina todos los hombres y mujeres amándose, pero imaginar el descenso del Cádiz…complicado Yoko. La semana que viene tiene muchas papelas de ser el día del certificado sellado. El momento en el que el álgebra nos dé la razón, y entonces la probabilidad de bajar sea de cero absoluto. Y entonces nosotros anotaremos en el “debe” otra celebración con to sus avíos, esto es, besos y abrazos en las Puertas de Tierra con el cadista que usted no ha visto en su vida, todo ello a la luz de una bengala. Qué bonito. Se nos acumulan las celebraciones por culpa de la puñetera pandemia y del esmayao que se comió el murciélago metío en tomate. Esto se arregla de dos maneras: una, poniendo a un francotirador en una azotea disparando vacunas a todo el que pase por abajo. Vacunas a tutiplén, sea de la marca que sea, Hacendado incluso. Y no hacerle caso a Miguelito Bosé, que pasó de cantar “Don Diablo se ha escapado” a disfrazarse de David Bowie. La colgaera viene de lejos. Y dos: que en años futuros, el Cádiz nos regale tal logro que la celebración eclipse todas las que tenemos acumuladas. Llamémosle hazaña copera o Eurocadi tracatrá. Puestos a imaginar, me imagino esto más que lo otro que te dije antes. Con eso me acuesto hoy. Felices sueños.