JORNADA 31
CÁDIZ 1 - BETIS 2
EL ROCE DE TU PIE, QUE NO DE TU PIEL
CÁDIZ: Ledesma, Akapo, Luis Hernández, Víctor Chust, Espino, San Emeterio (Álex Fernández 86'), Rubén Alcaraz, Iván Alejo (Sobrino 64'), Idrissi (Choco Lozano 86'), Lucas Pérez y Negredo.
BETIS: Claudio Bravo, Sabaly (Bellerin 68'), Pezzella, Bartra, Álex Moreno, Guido Rodríguez, Guardado (Joaquín 68'), Canales, Fekir, Juanmi (Tello 77') y William José (Borja Iglesias 60').
ÁRBITRO: Gil Manzano (extremeño). Amonestó a Rubén Alcaraz por el Cádiz y a Sabaly y Bartra por el Betis.
GOLES: 1-0 Iván Alejo (58'), 1-1 Tello (78'), 1-2 Borja Iglesias (p.) (85').
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 31ª jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Nuevo Mirandilla ante 18.063 espectadores.

CRÓNICA SULFURERA: Hagan hueco para esa maravillosa colección de varetasos, patrocinada por Planeta Agostini, que comenzó en Septiembre de 2020 y aún hoy continua con su entrega semanal. “Arrayán” se queda corta de capítulos al lado del culebrón cadista,y su interminable saga de episodios en los cuales el argumento se reitera, pero nunca deja de sorprendernos: penalty en contra que sí tras revisión e interpretación macarrónica, penalty a favor que no sin ver imágenes repetidas, ni falta que hace. Un episodio hace olvidar al anterior, por eso la charlotada del sábado borra el agarrón de Sobrino en Mestalla, que a su vez entierra el desmayo del atacante celtarra ante la inofensiva salida de Ledesma hace ya más de un mes. Y así sucesivamente. Amplios paralelismos entre aquella jugada contra el equipo gallego y el jamacuquillo momentáneo de Borja Iglesias cuando nota el roce del pie de Alcaraz. Y es que el VAR está dejando en evidencia el pillerío del estamento arbitral, que como hermanísimos de presidentas, o hijos de duques pederastas, piensan que el estatus le da la malicia para el mangoneo sin que nadie se entere, cuando realmente es la calle y el arrabal la que esculpe al quinqui (publicidad gratuita). El árbitro callejeado, al cual le corre fútbol del gamberro por las venas, y que antes del pito y las tarjetas, pisó la escuela de la pista de futbito del barrio como delantero de melenita a lo Redondo, medias caídas y miradita seductora a la sección femenina del ínfimo graderío ubicado tras la reja metálica...hubiera detectado sin televisión ni vareto que se precie la sobreinterpretación de Borja Iglesias,digna de nominación para premio Goya. ¿Alcaraz lo toca? Sí.(Digamos que lo roza) ¿Alcaraz lo tira? No.(Los dos pasitos previos del bético antes de comprobar lo fresquito de la hierba así lo delatan) Hasta ahí la jugada. El VAR multiplica la sensación de contacto para todo aquel que no tenga la malicia suficiente, y Gil Manzano no la tiene, y lo incapacita para detectar los innumerables ratoneríos de área que se dan en el fútbol latino, y para lo que al parecer el VAR no sirve pa ná. O sí los detecta, pero pita el penalty, lo que mosquea mucho más.
Porque luego viene otra jugada, en la que la mano de Joaquín es tan fortuita como la patada al aire de Alcaraz que a Iglesias no le dejó ni la mancha de verdín del césped en la camiseta. Resulta que esa mano no era penalty por lo azaroso del rebote, argumento que puedo hasta comprar. Pero la semana anterior, la misma jugada fue penalty favoreciendo al Granada. Y anoche, la misma jugada también lo fue, favoreciendo al Levante. Oh casualidad. Qué mala suerte que en esa alternancia de manos que sí son penal, manos que no, siempre nos toca la que no, cuando es a favor. No contento con la rabia contenida por el desenlace del encuentro, y tras canalizar las malas vibraciones intentando soltarlas en relajante paseo playero desde el Nuevo Mirandilla hasta el Casco Antiguo, llega uno a su casa, se planta el Mallorca-Atlético de Madrid, rogando una victoria colchonera, y se encuentra uno con oooooootro penalty de cachondeo en la que el defensor atlético se antepone al delantero mallorquín tocando la pelota. Se revisa el VAR y el penalty va palante ante la estupefacción de los propios comentaristas. Y es cuando te das cuenta que las cuestionadísimas decisiones arbitrales, unidireccionales,asimétricas y vete a saber si intencionadas, están condicionando claramente el orden clasificatorio de los bajos fondos. Si eso que dicen que, al final de la Liga, los árbitros tantos puntos te quitan como te dan, esperaremos en las siete jornadas que quedan una cascada de favores, penalties regalados, expulsiones a gogó de futbolistas rivales, y hasta que algún colegiado marque algún golito a nuestro favor, si es que la compensación tiene que ser certera y total en la jornada 38. Centro de Espino, y gol de coco de Mateu Lahoz. Es lo mínimo.
En lo netamente futbolero, que el Betis es superior al Cádiz en plantilla, no se discute. Que juega mejor al fútbol, también (y mejor que 15 o 16 equipos de Primera), que si su victoria hubiera llegado íntegramente por el fútbol practicado, nos conformamos. El problema es que nos ganan como nos ganaron, y da coraje. Sobre todo, porque estuvimos ahí, y porque sacaron de debajo de los palos un posible dos a cero a nuestro favor que hubiera provocado la catarsis colectiva. Pero lo que ocurrió entra dentro del libro de la lógica cuando se juega contra un equipazo movido por Canales, Guardado o Fekir, que tiene en el banquillo a Bellerín, Tello o el propio Borja Iglesias, y que está entrenado por Pellegrini y su impertérrito pelucón de galán de telenovela. Nada más que hay que ver como Tello coloca la pelota con precisión quirúrgica en el poste de Ledesma, en un alarde de calma y tranquilidad a la hora de definir, virtud que a nosotros nos falta porque la poca costumbre del tiro a puerta nos lleva muchas veces a la precipitación y al disparo a caraperro, o lo que es lo mismo a lo que salga salgó. Así que uno de esos partidos que teníamos marcados con dificultad de cuatro estrellitas sobre cinco, se nos fue por muy poco. Ahora en este fin de fiesta que en una tarde se nos ha tornado en horrible, aparece el que puede ser el peor rival que nos queda, o al menos el que en caso de que sacáramos algo, más millones daría en las apuestas. La incógnita es si en los sótanos del arbitraje, y visto lo visto en los últimos envites, tiene más peso ahora mismo que el Madrid gane la Liga o que el Cádiz descienda. Lo mismo al Camp Nou no mandan ni árbitro, y el partido se autoarbitra por los propios futbolistas, como de toda la vida hacíamos en nuestras pachangas playeras en la ancha orilla de la Victoria. Lo mismo, hasta es lo mejón.
FOTO: Borja “el panda” Iglesias, cuando era un cachorrito en el Celta de Vigo, en eliminatoria copera frente al Cádiz de Segunda B disfrazado del Boca Juniors. Tras hacer el chufla el otro día después de marcar el gol de penalty haciendo un gesto a la grada tan matraca como innecesario, saltó al ratito arreglándolo con declaraciones alabando a la grada amarilla con manita en el pecho y maquillaje de purpurina. Lo cierto es que en su día, pudo haber recalado en nuestro plantel. Corría el verano del 2017, se nos había ido Ortuño, y el gachón este había marcado 34 goles en Segunda B con el Celta chiquetito. Se nos escapó y acabó en el Zaragoza. Y nosotros nos traimos a Barral, que aquí marcó 6 golitos y se hizo colega de Kuky Fuego.
Fuente:www.yojugueenelcelta.com
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