CÁDIZ 2 - HUESCA 1
TESTIGOS DESDE EL BUTACÓN
CÁDIZ: Ledesma, Iza Carcelén, Fali, Marcos Mauro, Akapo, José Mari (Garrido 90'), Jonsson, Iván Alejo (Jairo 74'), Malbasic (Alberto Perea 86'), Choco Lozano (Sobrino 74') y Saponjic (Negredo 74').
HUESCA: Álvaro Fernández, Vavro (Pedro López 46'), Siovas, Gastón Silva (Okazaki 85'), Maffeo (Escriche 58'), Javi Galán, Mosquera (Sergio Gómez 46'), Mikel Rico (Doumbia 58'), Ferreiro, Sandro y Rafa Mir.
ÁRBITRO: Hernández Hernández (canario). Amonestó a José Mari, Jonsson, Iza Carcelén y Fali por el Cádiz.
GOLES: 1-0 Marcos Mauro (43'), 1-1 Rafa Mir (45'+1), 2-1 Gastón Silva (p.p.) (45'+2).
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 35ª jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Ramón de Carranza a puerta cerrada.
CRÓNICA SULFURERA: Atentos cadistas. Que lo mismo estamos ante el mejor Cádiz de la historia y todavía no nos hemos coscado. Los números hablan: en la temporada 87/88, el Cádiz de Espárrago consiguió la decimosegunda posición en Primera con once victorias y trece empates, en lo que a día de hoy ha sido la vacilada más gorda del equipo amarillo desde que fuera fundado hace más de un siglo. En la jornada 35 de aquel año, el Cádiz de Mágico,Zalazar, Cortijo y unos pocos más, sumaba los mismos puntos que el que hoy usted ha visto por la tele. A poco que entre Osasuna, Elche y Levante sumemos cuatro puntos, habremos conseguido la plusmarca de puntuación en Primera de todos los tiempos. Y posiblemente, nos permita quedar por encima del puñetero decimosegundo puesto que logramos hace más de treinta años, y que hasta hace poco, Jumilla o Arroyo mediante, considerábamos un hito inalcanzable como aquel salto que Bob Beamon se pegó en México en el 68, hasta que llegó uno que, bien desayunao, cogió carrera y lo superó. Recuerda cadista: posiblemente sea el mejor Cádiz de la historia, y no hay lacrimal que soporte la pena de haberlo visto desde el sofá y no en esa misa dominical consistente en coger el 1, bajarte en el Estadio, tomarte la cerveza/café/copazo y entrar en el coliseo con el corazón encogío. Señor Fútbol, que sepa usted que nos sigue debiendo mucho. Anótelo, y devuélvanos la alegría justificada, después de tanta alegría bien gastada, pero mal aprovechada, en tantos años de destierro desértico, derrotas y resignación futbolera.
Del partido de hoy, decir que si usted no lo ha visto y lo tiene grabado, péguese desde el minuto 40 hasta el descanso, y el resto de la cinta VHS aprovéchelo para grabar encima la comunión de su sobrino. Cinco minutos de videoconsola en noventa de realidad. En lo que se tarda en ir al baño a aliviar la vejiga, o lo que no es la vejiga, se pierde uno el desenlace de la novela. Por eso, entretener la vista en otros menesteres cuando hay fútbol por delante no es aconsejable. Las cosas importantes pasan en una franja de segundos escasa aunque el partido sea de cero a cero y se juegue prórroga. No puede perderse ni un instante, como si viera una de esas películas de abogados, en las que el guión se relía y relía como desafiando a la inteligencia del espectador. En cinco minutos, el Cádiz se adelantó, el Huesca empató, y el Cádiz ganó. Chinpón. Ese es el resumen del Estudio-Estadio. El que prepara la cinta lo ha tenido fácil, la verdad.
Aparte, resulta asombroso tantas enseñanzas existenciales que nos da el fútbol a diario, sin darnos cuenta. Rafa Mir, delantero tanque de perfil griego, marcaba uno de esos golazos que el cadismo no hubiera tenido escrúpulos en aplaudirlo incluso puesto en pie, como ha pasado otras veces. No le busquen la culpa a Ledesma. Mir, delantero que hoy se cotiza como una vacuna de una sola toma, se rebela ante el guión de ariete. Y en esa zona en la que los manuales balompédicos no contemplan el disparo, disparó. Genialidad del chaval, al cual todos queremos ver de amarillo el año que viene, pero que temo tenga novias más monas. Por otro lado, los dos goles cadistas fueron churretes, llegados de rebotes, estampas antiestéticas, y más dignos de un recreo mirandillero que de la Liga BBVA. Pero resulta que, eso de mandar la pelotita a la portería contraria, el Cádiz lo hizo dos veces, y el Huesca una. Da igual la brillantez, la fantasía o el barroquismo del gol. El balance numérico es definitivo. El gol carece de alma, y es una simple bolita en un ábaco que te dice lo que vales cuantitativamente, y no de forma cualitativa. Si la belleza de los tantos proporcionara más puntos, con el loco de El Salvador hubiéramos sido campeones mundiales. Pero la premisa es cruzar la línea, no importa cómo. Qué triste, pero qué justo.
Cierro la croniquita como la he abierto: con datos históricos. En las próximas semanas, el Cádiz va a jugar más partidos intrascendentes con el objetivo cumplido, que en toda su travesía previa en Primera. De 487 partidos que el Cádiz ha jugado en Primera, promociones incluídas, solamente jugó dos en los que pasara lo que pasara, la tranquilidad reinaba en el ambiente puesto que el equipo ya estaba salvado: la última jornada de la 85/86 frente al Valencia, y la última jornada de la 87/88 frente el Atlético de Madrid. En este mes vamos a jugar tres así. ¿De locos? Más argumentos para el mérito colosal de lo que se ha conseguido. Tanto, que a veces me paro a pensar, y como una pesadilla surrealista, imagino situaciones que en estas tres fechas que quedan nos devolvieran a la lucha por no caer al abismo. Yo que sé: alineaciones indebidas, mamoneos de despacho…paranoias en una palabra.Es como si no tuviéramos el cuerpo preparado para enfrentar un final de Liga en Primera con semejante sudapollismo. Pero resulta que no. Que ya estamos salvados oiga. Y con una solvencia que asusta. Joé, que estamos más cerca de la UEFA que del descenso. ¿Tú te lo puedes creer?