JORNADA 20
OSASUNA 2 - CÁDIZ 0
BECARIOS EN LA TRINCHERA
OSASUNA: Sergio Herrera, Nacho Vidal, David García, Juan Cruz, Cote, Lucas Torró, Moncayola (Oier 88'), Kike Barja (Roberto Torres 77'), Rubén García (Manu Sánchez 76'), Kike García y Budimir (Darko Brasanac 81').
CÁDIZ: Ledesma, Fali, Cala, Víctor Chust, Espino, Jonsson (Iván Alejo 46'), Tomás Alarcón, Chapela (Andone 60'), Arzamendia (Bastida 72'), Álex Fernández (Osmajic 72') y Sobrino.
ÁRBITRO: De Burgos Bengoetxea (vasco). Amonestó a Juan Cruz y Lucas Torró por Osasuna y a Arzamendia y Andone por el Cádiz.
GOLES: 1-0 Budimir (38'), 2-0 Kike Barja (48').
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 20ª jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio El Sadar.

CRÓNICA SULFURERA: Cuando al finalizar el partido, Juan Cala responsabilizaba de la situación a todo el club desde el presidente al utillero, metía en el saco ya hasta al bueno de Juanito Marchante, que lo mismo ya ni dobla bien las camisetas, vete a saber. Pinta que el vestuario ahora mismo es el polvorín de San Severiano en la víspera del 18 de agosto de 1947. A una mijita que suba la temperatura, estalla del todo. Se atisba que cada uno va por su lado, que no hay cervecita post-entreno, y que ni siquiera se gastan bromitas entre ellos. Los futbolistas se han puesto el traje de funcionario, que pican en el reloj cuando entran, cumplen con el horario y pican cuando se van. Vete a saber por qué pasa, pero que no disimulen porque está pasando. Cervera en el banquillo, ya ni se inmuta. El cese puede ser su liberación personal, fíjate. Y mientras que el Levante gana su primer partido de la temporada, y el público lo despide con el famoso y épico “Sí se puede”, aquí, a tres puntos de la salvación, ya damos por hecho de que el año que viene estaremos en Segunda. Jamás se ha visto en Cádiz tanta desesperanza a una vuelta del final. La afición ha entrado en un estado depresivo impropio de la alegría y el colorido particular nuestro. Quizás los jueguitos de luces discotequeras, y el speaker con bajo contenido en sal, han amortiguado con sus lúmenes y sus decibelios a una afición que nunca necesitó artificios de NBA para animar a su equipo mejor que nadie. El neo-fútbol ha entrado en Cádiz como un elefante en una cacharrería, y ha arrasado con todo. Para que dejarnos las gargantas, si los megaamplificadores silencian las voces que animan a pulmón. El neo-fútbol todo lo programa: cante usted esto que le digo y no se salga del tiesto, por favor. Po me parece que por más que el speaker ponga el volumen al máximo, la voz popular va a sonar más fuerte en estos días, mire usted.
En lo estrictamente deportivo, el Cádiz de medio campo para arriba es como el chiquillo que se pone en la videoconsola a jugarse un FIFA por primera vez, y no sabe cómo usar los botones del mando. Es infame la precipitación y a la vez la imprecisión con la que futbolistas de Primera División sueltan la pelota. Mientras que defensivamente, el equipo casi cumple, (puesto que con el dominio pamplonica de ayer lo normal es que no hubieran caído cinco y sólo fueron dos y uno de rebote), de mitad para arriba somos de Segunda A parte baja. Quizás el que ayer demostró más criterio geométrico en el medio del campo fue un chiquillo de 17 años, al que lógicamente aún le queda grande la categoría. El problema es que al resto también. La constante puesta en práctica de un fútbol vertical, basado en el robo y en el zafarrancho de combate ha malacostumbrado al equipo, que no sabe hacer otra cosa, y se encuentra con que ahora ni roba, ni corre. Sobre todo en lo segundo, porque entre otras cosas desde que en el verano del 2018 se nos fue Alvarito García, han pasado siete mercados de fichajes sin que nos traigan a uno igual o mejor. A eso súmenle que los rivales nos tienen más que estudiados después de que irrumpiéramos sorpresivamente el año pasado, así que no les resulta difícil aplicar el antídoto y neutralizarnos. Vacunados e inmunizados andan ya casi todos los equipos a los que nos enfrentamos, así que nuestra única esperanza es la falta de puntería ajena, como pasó en el Bernabéu o en San Mamés.
Y ya puestos, uno que anda confinado, y por tanto aburrido, por culpa del dichoso bicho, tuvo tiempo ayer de escudriñar en páginas web al efecto, ciertos números que dicen mucho. Concretamente me dio por recopilar cuantos partidos en Primera División acumulaban los quince jugadores que ayer alineó el Cádiz, frente a los quince jugadores que alineó el Osasuna. Entre los quince cadistas han jugado 741 partidos. Entre los osasunistas, 1845. Más del doble. ¿Qué quiere decir esto? Que nos faltan tíos con oficio, mariscales con horas de vuelo. Sólo Negredo tiene galones para ello, y ayer ni jugó. Lucas Torró, el 14º futbolista rojillo en número de partidos en Primera de los quince que jugaron, acumula más partidos en Primera que once de los amarillos. Y estamos hablando del Osasuna, que no es precisamente un club comprador. Ante eso, no queda otra que repasar los fichajes de este verano: entre Haroyan, Alarcón, Arizmendia, Osmajic, Chust, Gimenez y Martín Calderón acumulaban antes de venir quince partidos en Primera. Trece de Giménez en el Getafe y dos de Chust en el Madrid. El resto basaban su experiencia en ligas muy inferiores a la nuestra. Andone es el fichaje con más bagaje en la máxima categoría, eso sí, venía tras haber jugado tres partidos con el Brighton en las dos últimas temporadas. Desastroso a la par que sospechoso. Desastroso, porque si el objetivo es salvar la categoría, no es lógico fichar cinco futbolistas con menos de 23 años sin experiencia en la Primera División española. O a un recién descendido a la antigua Segunda B. Ni un central armenio que venía de jugar en Kazajistán. Ni un delantero que no jugaba desde antes de las mascarillas. Un equipo que se quiere salvar necesita peones con maldad acumulada, con tiros pegados, con medallas al valor. Necesita maromos que conozcan los rivales, los campos, los árbitros. Tíos con la vergüenza a prueba de bombas, y adaptados al medio. La presión del día a día de la empresa se la estamos asignando a los becarios, en lugar de haber traído a cuatro o cinco peloteros con el culo pelao y con el alma curá de espantos, que se encargaran de coger el volante cuando las curvas vinieran chungas. Y sospechoso, muy sospechoso. El Cádiz se ha convertido en un banco de pruebas, en un conejillo de Indias en el cual apalancar futbolistas que pasado mañana puedan revalorizarse, largarlos y que los bolsillos de comisionistas, intermediarios y demás fauna se sigan llenando. Poco más o menos la filosofía del Sevilla de principios de milenio, cuando traía desconocidos como Alves o Batista por dos peheta, y luego le sacaban un pastizal. De ahí la inversión en jugadores jóvenes con proyección para un equipo inconsistente aún en la categoría, y sin los mimbres ni las estructuras deportivas afianzadas para soportar futbolistas inexpertos con una carga de responsabilidad brutal. La jugada les puede haber salido bien con Ledesma, al que no duden que en un par de años lo venden bien vendido. Pero al resto, con papas frita, oiga. Quedan veinte días de Enero para fichar. Ojalá comerme este párrafo con las mismas papa frita…pero no sé, no sé….ajú.
FOTO: Cote, del Osasuna. 252 partidos llevaba en Primera, uno más después del de ayer. Y ayer, nuestro futbolista más experto en la categoría era Juan Cala con 126 , o sea la mitad justa(incluyendo 7 en la Premier League). Junto a Cote, hasta cinco futbolistas más de Osasuna acumulan más experiencia en Primera que Cala: Rubén García, Kike, Oler, Dajrko y Roberto Torres. Nuestros líderes en el campo, serían soldados de infantería en cualquier otro equipo, y eso quieras o no, se nota ¿jabe?
Fuente: Diario de noticias de Navarra