JORNADA 28
AT. MADRID 2 - CÁDIZ 1
QUE MANERA DE PERDER, SABINA DIXIT
AT. MADRID: Oblak, Savic, Giménez (Felipe 83'), Reinildo, Marcos Llorente, Carrasco (Correa 60'), Koke (Renan Lodi 46'), Herrera, De Paul, Griezmann (Luis Suárez 60') y Joao Félix (Javi Serrano 83').
CÁDIZ: Ledesma, Akapo (Iza Carcelén 83'), Luis Hernández, Víctor Chust, Espino (Alberto Perea 90'), San Emeterio (Álex Fernández 73'), Rubén Alcaraz, Sobrino (Lucas Pérez 73'), Idrissi, Choco Lozano y Negredo.
ÁRBITRO: González Fuertes (asturiano). Amonestó a De Paul, Carrasco, Reinildo y Savic por el Atlético de Madrid y a Sobrino por el Cádiz. Expulsó a Javi Serrano (88') por roja directa.
GOLES: 1-0 Joao Félix (3'), 1-1 Negredo (45'), 2-1 De Paul (68').
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 28ª jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante 50.573 espectadores.
CRÓNICA SULFURERA: Veo el partido de ayer y me castiga un hecho impepinable: que la imagen no nos salvará pero los puntos ganados sí. Era éste uno de esos partidos con barra libre para la derrota. Con los que no se cuenta, si no es para organizar un viajecito con los colegas, pisar el Wanda y aprovechar el finde para cachondearnos del pavo al que se le ocurrió vender el bocata de calamares como una virguería gastronómica propia de un sitio en el que no hay calamares. Por eso, después de lo visto, el coraje con el que uno apaga la tele, (en mi caso el móvil dentro de un improvisado camerino en Alcalá de los Gazules) es evidente por lo cerquita que tuvimos ese giro en el guión que nos hubiera aportado un puntito con sabor a patata, equivalente a encontrarte cinco euros en el bolsillo de ese chaquetón que no te ponías desde hace tiempo. Inesperado y gratificante. Merecer lo merecimos. Por un momento, los equipos se alienaron en el mismo nivel futbolístico, a pesar de vivir en distintos niveles en lo referente al maldito parné. En Cádiz vimos un Lugo-Cádiz, de esos que se nos complicaban en Segunda y nos obligaba a trincar la pelota y decir aquí estoy yo…y en Madrid vieron un Atleti-Chelsea de Champion, de esos que se les complica a ellos cuando no terminan de darle cobijo a la pelota. Igualdad total: ni cadismo ni colchonerismo. Partido de tú a tú, que por circunstancias puntuales acabó, como el guión marcaba, en casa del poderoso. Tanto rollazo de película para al final acabar como todas. Buah.
Fueron dos las circunstancias concretas por las que el partido fue como fue: una, el campanazo de Ledesma. ¿No les ha pasado que acabados de levantar, y sin cafeína en el cuerpo, confunden palabras en los titulares del periódico, tropiezan con el pomo de la puerta del cuarto de baño, o no atinan con los cordones de los tenis? La caraja propia del día recién comenzado le llegó a Conan en el minuto 2. La frialdad del inicio, la mente amoldándose al escenario, la confianza en pañales, llevó al arquero cadista a ver un pase donde no había pase, a calcular mal las distancias, a tropezarse con el pomo de la puerta del cuarto de baño. También falló en el segundo gol, cuando despeja para el sitio donde viven los delanteros, en lugar de hacerlo para el coñotita, pero sin duda el primer piciazo es más cantoso e inexplicable. Eso sí, el fallo del portero es más definitivo y acumula más culpabilidad en el resultado final que el fallo del delantero. Si este año ponemos en una balanza los unos y los otros, hemos dejado de ganar más puntos por mor del punto de mira de los atacantes, que por las clases de canto del guardameta, me paeje a mí. Quizás este lance del juego provocó la orgullosa y casi épica reacción cadista. La historia del partido hubiera sido otra de haberse perpetuado el cero a cero en el tiempo, y quizás nuestro juego hubiera sido más mate que brillante. Y pasamos a la segunda circunstancia: la roja que es roja según el árbitro, hasta que ve el VAR y la roja que es roja, ya es amarilla. Perdona la vida a un central que entra a por la pelota siguiendo las directrices indicadas en el Manual del Perfecto Central Leñero (con prólogo de Vinnie Jones). La falta de puntería y la ausencia de tobillos masacrados derivó en el premio de una rebaja en la condena, mi no comprender por qué. Si el árbitro atisba salvajismo en directo, y luego la repetición corrobora el salvajismo, a qué viene el descuento del castigo. Dadas la deriva que llevaba el encuentro, y que el Atleti tenía que jugar una hora con uno menos, el partido hubiera sido otro…y lo sabes amigo colchonero (que los tengo, y muchos)
Simeone rezuma inteligencia de potrero como nadie. Cuando ayer arengaba a la grada y se marchaba al vestuario pegando saltos, no festejaba la victoria de su equipo, sino su victoria personal. Que un equipo que viene de campeonar la liga y de rozar la gloria europea un par de veces en los últimos años, acabe el partido ante un candidato a bajar a los infiernos a base de hacer faltas, y de usar a recogepelotas como contingentes para tirar balones al césped y segundos a la basura, es porque algo está fallando. El Cholo, que lleva un año regulero, en lugar de esconderse ante la situación, sobreactúa y toma el papel de ser más colchonero que Jesús Gil, Imperioso y el Doctor Cabeza juntos. Animó más que nadie, y festejó como si hubiera ganado la Intercontinental. Es una forma de enfocar el punto de mira en otro sitio que no sean sus cuestionables decisiones tácticas. A su grada la pone pitosa, y a la grada contraria, que ayer éramos nosotros, la enerva. No le den más vueltas. Su actuación es tan impostada como la chapuza turca que tiene en el coco. No nos debe escardar, y ya una vez terminado el partido, menos. De hecho era lo que le demandábamos al Gafa cuando lo veíamos taciturno y melancólico en sus últimos partidos: más cates al banquillo, más gafas revoleás, más idas de pelota. Al Cholo se ve que le funciona…ira como no lo echan. Nosotros a lo nuestro. Pasemos página, y centrémonos en el domingo ante el Villareal, rival complicado pero partido que se puede poner potablote para ganarlo. Más aún teniendo en cuenta que Granada y Alavés juegan entre ellos, y que de momento, hoy, el Getafe no le gana al Valencia (lo veo mientras escribo). Forza Bordalás, you are my brother (hoy namá)
FOTO: Simeone fue un jugador técnicamente notable, y a la vez canchero como nadie, casi entrando ya en la categoría de “buarro”. Recordarán los puretis del lugar una famosa jugada que ya cumplió las Bodas de Plata. En el viejo San Mamés, y con las cámaras de Canal+ de por medio (qué tiempos), en un lance sin mucha tralla, el Cholo pisaba el muslo de Julen Guerrero, dejándole un aparatoso agujero más de bala que de taco, con su chorreón de sangre incluido cual torerillo principiante. Po al argentino ni lo expulsaron (no había VAR). La habilidá que tenía el gachón pa estas cosas.
Fuente: cadenaser.com
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