miércoles, 2 de marzo de 2022

LA CRÓNICA SULFURERA DE VERA LUQUE

 JORNADA 26
GRANADA 0 - CÁDIZ 0

LA PELIGROSIDAD DEL PESCAÍTO EN BLANCO


GRANADA: Maximiano, Domingos Duarte, Torrente, Germán, Antonio Puertas (Rochina 89'), Carlos Neva, Luis Milla, Isma Ruiz (Petrovic 76'), Collado (Quini 76'), Uzuni (Machís 46') y Luis Suárez (Jorge Molina 85').

CÁDIZ: Ledesma, Luis Hernández, Fali (Iza Carcelén 59'), Víctor Chust, Akapo (Iván Alejo 59'), Arzamendia, Fede San Emeterio (Álex Fernández 83'), Rubén Alcaraz, Lucas Pérez (Sobrino 83'), Choco Lozano (Alberto Perea 74') y Negredo.

ÁRBITRO: Sánchez Martínez (murciano). Amonestó a Germán, Uzuni y Torrente por el Granada y a Arzamendia, Rubén Alcaraz y Fede San Emeterio por el Cádiz. Expulsó a Domingos Duarte (33') por roja directa.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 26ª jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes ante 14.785 espectadores.




CRÓNICA SULFURERA: Más no pudo insinuarse el Granada. Enrrachado malamente desde hace cinco o seis partidos, colocado a tiro del Cádiz, ofreciéndonos su regalito en el minuto 3 (desaprovechado por nosotros, of course), y no contentos con ello, en el fragor del segundo regalito quedándose con uno menos (un defensa además) con una hora de partido por delante, y por si fuera poco, al final del partido la afición protestando y con ganas de pajarraca. Sólo le faltó al Granada instalar un letrero luminoso en la portería que pusiera “AQUÍ, PICHA, AQUÍ”. Húndeme, píllame en la clasificación papasito, gáname en mi campo mi amol. El Granada besando el cuello del Cádiz y el Cádiz sin enterarse de ná. Espabila ío. Con un jaque mate claro, se dedicó a mover el caballito haciendo eles y a mover la torre para arriba y para abajo. El juego desplegado no guardaba la debida proporcionalidad con la necesidad de victoria. Teníamos al rival malherido, y en lugar de la puntilla, le pusimos una tirita. Porque tampoco vimos un Cádiz volcado, mandando balones al poste, o topándose con un portero sacando balones como un loco. No vimos ese desespero traducido en taitantos disparos a puerta, ni el “gol uy” fue el bocinazo más escuchado a lo largo y ancho de las tascas gaditanas en este extraño lunes de Carnaval. Dejamos pasar la oportunidad (otra) de subirnos a borricate de los que van entre el 15º y el 17º. Y es que lo mismo al final lo que nos pasa es que somos peores que los que están entre el 15º y el 17º y si no le metemos mano es por total y rotunda incapacidad para hacerlo.

La intención es clara, o al menos así lo hace saber Serguio cuando pinta en la pizarra el once inicial. Choco, Negredo y Lucas juntos. Vamonó. Cualquiera que vea la alineación no tiene más remedio que glorificar la ambición cadista, y frotarse las manos ante tal despliegue de elementos ofensivos. A ningún aficionado le disgusta que su equipo saque artillería pesada arriba. El aficionado no se la juega, y quiere ver una carnicería en el área rival. Es complicado que el fan, ávido de goles, cuestione una alineación vacilona. Más raro sería ver al hincha de turno demandando centrales y mediocentros cazurros dedicados exclusivamente al robo de la pelota. Queremos sangre. Y el cuarto de hora previo al inicio del partido, cuando al móvil nos llegan los titulares, nos ilusiona. Pero queda más que comprobado que es pa ná. La tripleta ofensiva no garantiza la consecución de goles. Así que se queda en una declaración de intenciones con más ilusión que operatividad. De poco valen tres cocos para rematar balones, si éstos se envían a 10.000 pies de altura. De poco valen seis pies para encañonar si la pelota va siempre a terreno de nadie. Los centros más esperanzadores los pone Luis Hernández con las manos cuando saca de banda. Tenemos a un quaterback centrando y lo usamos poco. Fuercen saques de banda laterales, ¿Quién quiere córners sacados con los pies?  

Cuatro puntos a doce jornadas del final tampoco es pa ponerse ajin. Un empate y una victoria solamente. Lo que pasa es que lo que nos viene ahora es de coco y huevo. No sabemos (aunque algunos lo puedan intuir) si la liga a partir de ahora se nos tornará en un último paseo antes de la despedida, recibiendo y visitando equipos de relumbrón, como un empacho de fútbol bueno de Primera, y un último contacto con peloteros superstars previo a la bajada a esa división que no es ni más ni menos que nuestro sitio natural histórico…o bien, se puede convertir en un camino milagroso, colmado de momentos épicos y de victorias inesperadas ante esos mismos rivales de relumbrón que te decía, y que nos permita una salvación heroica digna de ser esculpida en piedra. Si queremos salvarnos, toca romper quinielas y arruinar a las casas de apuestas. Estos empates mierdecillas para lo único que nos sirve es para mantener aún la toalla en la esquina del ring. Ni estamos muertos, ni estamos de parranda. Por minuto que pasa, la visión de un Ponferradina-Cádiz el año que viene se hace más grande. Pero las matemáticas por un lado, y la esperpéntica historia de nuestro club repleta de múltiples ejemplos de volantazos en momentos inesperados tanto para bien como para mal por otro,mantienen la llamita viva. Que no se vaya el butano aún.

FOTO: Irlanda gana a Holanda por uno a cero en las eliminatorias de clasificación para el Mundial 2002. Prácticamente ese resultado dejaba a Holanda fuera. Por eso Van Gaal acabó aquel partido con cuatro delanteros centro: Van Hoojdonk, Van Nistelrooy, Jimmy Hasselbaink y Patrick Kluivert. No le valió pa ná. Y fijarse la categoría de los cuatro bicharracos. Liasso gordo a la hora de organizarse y los Países Bajos a donde rima. En el verano del 2002, Irlanda acabó jugando el Mundial y Van Gaal en una hamaca tirao poniéndose colorao como un cachucho.

Fuente: goal.com



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