lunes, 4 de abril de 2022

LA CRÓNICA SULFURERA DE VERA LUQUE

 JORNADA 30
VALENCIA 0 - CÁDIZ 0

LA GARANTÍA DE LA ALINEACIÓN DE CARRETILLA


VALENCIA: Mamardashvili, Thierry Correia, Diakhaby, Gabriel Paulista, Alderete (Ilaix Moriba 68'), Jesús Vázquez (Gayá 86'), Guillamón (Hélder Costa 86'), Carlos Soler, Bryan Gil (Cheryshev 78'), Guedes y Maxi Gómez (Hugo Duro 68').

CÁDIZ: Ledesma, Akapo, Luis Hernández, Víctor Chust, Espino, San Emeterio (José Mari 81'), Rubén Alcaraz, Iván Alejo (Sobrino 65'), Idrissi (Alberto Perea 90'), Lucas Pérez (Choco Lozano 81') y Negredo.

ÁRBITRO: Díaz de Mera Escuderos (castellano manchego). Amonestó a Alderete, Gabriel Paulista y Diakhaby por el Valencia y a San Emeterio, Iván Alejo, Rubén Alcaraz y Choco Lozano por el Cádiz. Expulsó a José Mari (95') por doble amonestación.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 30ª jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio de Mestalla ante 32.949 espectadores.




CRÓNICA SULFURERA: Si Serguio tuviera que organizar una barbacoíta en un campito de Chiclana, y el aforo máximo del susodicho chalé no superara la quincena de personas, adivinen a los catorce que se llevaría. La inamovilidad en las alineaciones suele hacer fuertes a los equipos, para regocijo de su afición y escardamiento del resto de la plantilla. No vino Serguio para gestionar emocional y psicológicamente a veinticinco tíos a la vez, sino para salvar una papela gorda que teníamos en lo alto. Y de momento el objetivo número uno se está consiguiendo, aunque la horita y media de los fines de semana la estén echando un puñadito escogido de jugadores. Al once inicial, ya escrito en la pizarra con rotulador indeleble,  y en el cual sólo varía la permuta Choco por Lucas, o Lucas por Choco, hay que añadirle los recambios oficiales, estos son Sobrino por Alejo, y Jose Mari por San Emeterio. Mientras que no haya tarjetas,ni lesiones, esto será así hasta que el notario certifique la salvación, y mientras tanto, el resto de futbolistas, como figurantes cascaneros, ocupan sitio en el banco, pero participación la mínima. A animar, hacer piña, y a consumir pipas, que no mantienen pero entretienen. Y mientras que el sistema funcione, que siga así. No toques más ná, Serguio, picha mía.

La religión cerveriana se tambalea ante la rotundidad matemática desde la llegada del sucesor del Gafa, al cual hay que buscarle ya mote y carguita con age. Aquel que se aferre aún a la idea de Cervera o Muerte, se está quedando solatera a poquito a poco. No sólo por los números. El juego también ha cambiado para bien en lo referente al estrés y la secreción de adrenalina por la parte que nos toca a la afición. Complace ver el manejo señorial de la pelota desde el primer renglón de la jugada, gracias sobre todo a ese futuro pelotero del cual en unos años cuando se pasee por equipos y competiciones de alto copete, recordaremos su presencia por estos lares: Víctor Chust. Al fin y al cabo, nos gusta ver el fútbol que nos gustaría practicar, si supiéramos jugar medio bien. A nadie le mola pagar tres pavos en una pista de césped artificial para pegarse una pachanga con los colegas y acabar con tortículis de tanto mirar para arriba balones bombeados de un campo a otro. Preferimos el toquecito y el meneito de pelota al compás de posturita con bracito encogío. Sólo nos agrada el patapúm parriba y el contragolpe mortífero como espectadores neutrales en un partido que ni nos vaya ni nos venga, pero que derive en un aluvión de goles para un lado y para el otro, o en el caso de que lo practique nuestro equipo, y le funcione. Y eso es lo que pasaba hasta hace poco: que el bote pas tó nos funcionaba, hasta que dejó de funcionar. Barajazo y a jugar a otra cosa. Eso sí, con la mitad de los tíos de antes y con la otra mitad nuevos, que no se olvide. 

Dos penaltis, uno por área, que ni fú ni VAR.  Alejo tiene más peligro en nuestro área que en el área del otro. En una racha matraquera de las que hay doscientas mil, Alejo estorba al delantero valencianista con una carga legal por los pelos. El famoso hombro con hombro no fue tal cual anatómicamente hablando porque el del Cádiz metió una mijita más de la cuenta cual espejo del Perdón encarando la calle Novena, vamonó que nos vamo. Ni que decir tiene que de penalty no tenía ni un pelo, pero conociendo los antecedentes, durante unos segundos te pones en lo peor. Alejo suele ser sueltecito y poco disimulado a la hora de defender, igual que hiperexagerado cuando es el damnificado, lo que provoca que les piten todas las faltas que hace, y casi ninguna de las que sufre. Eso también se puede entrenar: tarea para casa. El otro penalty se lo hicieron a Sobrino en forma de agarrón sublime al más puro estilo de asalto por tirón en formato “Perros Callejeros”. La única duda que me corroe que pueda explicar la inoperancia del VAR es que el agarrón comenzara fuera del área, y ahí desde la salita de los televisores se agarraran (valga la redundancia) para recurrir al “Jueguen, jueguen, aquí no ha pasao ná”...porque de lo contrario el penalty birlado es de cachondeo, sobre todo comparado con el festival que nos montaron en Mallorca. El VAR y sus varetazos. Qué colección tenemos ya, ío.

El Betis nos visita en fechas donde abundan los brotes de sevillanía entre ciertos sectores de la población gaditana. Esperemos que en la grada, el capillita reconocido adicto al costal y fiebre del viernes madrugada macareno, no extrapole sus preferencias cofrades al fútbol, y de buenas a primeras, aún llevando en la cartera el carné amarillo, festeje las mejores jugadas de los verdiblancos, que por cierto, suelen ser bastantes a lo largo de los 90 minutos, no obstante es uno de los equipos que juegan un fútbol más molón de toda la Primera. Si Dios reparte suerte, no tenemos nada que hacer porque en cuestiones divinas, Sevilla nos dobla en procesiones, en azulejos de vírgenes en las fachadas, y en toneladas de cartón para capirotes. Pero como Sevilla se divide en dos, pues lo mismo Dios coge la calculadora, y equipara la película despachando la movida con un empatito, que es lo que debería ser cuando los dos equipos se encomiendan a la par. Lógica pura. Y ya puestos, y si hay que hacer fuerza desde las altas estancias divinas, nosotros unimos a la fiesta a Momo, que este año por estas fechas está más activo que nunca. El rollo es sumar, porque mientras los de abajo no lo hagan, la brecha se irá ensanchando. Y qué menos que la semana que viene seguir comiendo pirulines con tres equipos por abajo. Listos los de atrás. Iiiiin. 

FOTO: Arrebuscando por el baúl internetero me topo con una imagen  de este documento, ni más ni menos que el acta del primer partido de los poquitos que Cruyff jugó en el Levante. Se puede apreciar que en aquellos tiempos, la convocatoria la formaban quince tíos, contando a los dos porteros, con lo cual quedaban casi a lo justo entre los que juegan y el par de cambios que entonces se permitían. Casi lo que hace Serguio, pero sin relleno. Entrar en la convocatoria te daba casi la seguridad de jugar aunque fueran unos minutos. Ahora en la convocatoria van los titulares, los tres que Serguio siempre saca, siete suplentes más, tres pibes del Cádiz B, cinco del juvenil, el sobrino de uno, cuatro becarios y un señor con bigote que pasaba por allí. Mejón que sobre a que falte.

Fuente:museo.levanteud.com



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