lunes, 9 de mayo de 2022

LA CRÓNICA SULFURERA DE VERA LUQUE

 JORNADA 35
CÁDIZ 3 - ELCHE 0

BARBILLA TEMBLONA Y JIPÍO A PUNTO


CÁDIZ: Ledesma, Akapo (Sobrino 73'), Luis Hernández, Fali (Víctor Chust 65'), Espino, José Mari (Tomás Alarcón 65'), Álex Fernández, Iván Alejo, Idrissi, Lucas Pérez (Iza Carcelén 86') y Negredo (Choco Lozano 86').

ELCHE: Edgar Badía, Josan (Fidel 63'), Barragán, Bigas, Palacios, Mascarell, Gumbau, Raúl Guti (Iván Marcone 81'), Kike (Piatti 81'), Pere Milla (Tete Morente 59') y Carrillo (Ezequiel Ponce 63').

ÁRBITRO: Hernández Hernández (canario). Amonestó a Luis Hernández por el Cádiz. Expulsó a Ezequiel Ponce (66') por roja directa.

GOLES: 1-0 Negredo (80'), 2-0 Sobrino (83'), 3-0 Choco Lozano (93').

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 35ª jornada de LaLiga Santander disputado en el estadio Nuevo Mirandilla ante 17.615 espectadores.




CRÓNICA SULFURERA: Las deidades furboleras nos debían una desde el tiro al poste de Fali el día del Athletic. Lo sabían y cumplieron. La suerte, factor imprescindible y determinante, se puso de nuestro lado en ese momento en el que Edgar Badía, ese porterazo de aspecto angango, y que a esas alturas de partido ya había sacado dos que no saca cualquiera….resbaló. ¿Un matojo de césped más húmedo de la cuenta? ¿Una mala pisada? O simplemente intervención divina, como aquel resbalón del central herculino que Güiza aprovechó inteligentemente una tarde-noche de Junio de 2016. Negredo se colgó del rabo de una nube y cabeceó sin ofender, pero certero. Para ese momento, Badía ya se estaba escurriendo, y el balón facilón acabó en las redes. La explosión del estadio fue más allá de lo corriente. El agobio contenido, el pasar los minutos sin poder meterle mano a este Elche que llegó conformista con el puntito, ese dos a seis del Granada que nos venía como una patá en la boca…suponía que no ganar era el testarazo contra el iceberg que nadie quería. Por eso con el primer gol, las gargantas estallaron, las caras se dislocaron, los abrazos llegaron aunque fueran con el vecino de grada desconocido. Complicado recordar el último gol del Cádiz que se cantó a diecisiete mil voces de esa manera, y sin desafinar ni una nota. Que peazo de coro. Cuando los corazones volvieron al ralentí, y aún con el miedo al empate furtivo, Sobrino tiró de fé y de mentalidad maorí, corriendo una patada a seguir prácticamente desde el mismo punto en el que Alex propinó el puntapié. En imparable carrera entre la pelota y Rubén, y con el resto de futbolistas morsegando la loca ocurrencia del de amarillo, ambos, pelota y Rubén, llegaron al mismo punto en el mismo tiempo…Badía aún andaría acordándose de la invisible cáscara de plátano de la jugada anterior, y tardó en salir la milésima necesaria para que Sobrino le hiciera la de Maradona a Shilton, pero sin mano de Dios de por medio. Segundo reventón, el partido a la buchaca, qué bonito está mi Cádiz cuando llega Carnaval, y ese estúpido temblique de barbilla cuando eres partícipe de tan tremenda cartarsis colectiva, y que aguantas estoicamente para no parecer carajote por llorar a lágrima viva por un partío de furbo, cuando pocas veces hay motivos más serios para tirar del paquete Kleenex. Que momento más yoquejé…

Estamos en disposición de pegarle un bocado al equipo que sea, que no quiere decir que ya tengamos los nueve puntos que faltan. Lo que en otro momento de la temporada hubiéramos dado como imposible, hoy es una posibilidad más que seria: mangar en Anoeta. La confianza y el autoestima del equipo anda por la estratosfera, aspecto al parecer que ha sido currado a saco por Serguio y su camarilla. El equipo ha entendido que no sólo tiene una única versión, sufrida y numantina, autobusera y contragolpeadora. Con los mismos recursos humanos con los que contaba Cervera, más la importante aportación del clan llegado en Enero, tenemos un Cádiz ”antes de”, y un Cádiz “después de”, justo lo que se demandaba en aquellos momentos prenavideños en los que el desastre en Junio parecía irreversible. Serguio se merece continuar en la casa, pase lo que pase. Lejos quedan ya los ecos de “Si se baja, que se baje pero con el Gafa siempre”, lema soltado en caliente, y del cual sus creadores imagino que a estas alturas habrán desertado ya.  Dicen que si descendiéramos, Serguio vuelve por donde ha venido. No vayamos a joerla, parfavá…  No digo una estatua, pero a este gachón hay que llevarlo este año a un palquito un día gordo de semifinales, darle a conocer el cazón en adobo (si no lo conoce ya), y comprarle en Eutimio dos o tres politos en condiciones, que no veas las camiseta estrechita que me saca. Serguio, uno de noi también. ¿Por qué no?

El panorama se presenta emocionantísimo con el dos por uno de esta semana. A mi modesto entender, imagino que el Mallorca ahora mismo es el equipo que ha recibido el martillazo más gordo. Tener tu campo lleno esperando a un rival que en el caso de ganarle, casi que te lo quitas de en medio y te da tres cuartos de salvación…y que salgas con seis goles en contra, es para no ver fútbol en siete u ocho meses. Para colmo, acabas la jornada en puestos de descenso, y con sólo tres días por delante para recuperar el coco (y sin que la terapia pueda consistir en jartarte de comer y cogé una tajá para hacer piña), y recuperar las piernas, porque van nada más y nada menos que al Sanchez Pizjuán. Espero colaboración sevillista en nuestra causa, después de la jornada de puertas abiertas en el Mirandilla cuando la primera vuelta, y la presencia en el trono presidencial cadista de un sevillista más que confeso. Granada ya se mira más de reojo, porque sorpresivamente, la referencia ha cambiado y ahora es el Mallorca. Mal negocio a sabiendas que tenemos el goal average perdido por mor de aquella innombrable tarde en la isla balear. Creo en la justicia poética futbolera, y no me entra en la mollera que nuestro destino final pueda ser el boquete, por culpa de un penalty impostor causado por una usual y formal salida de un portero. Lo que queda debe ser la enmienda de aquel esperpento innombrable. Confiemos. 

FOTO: En Primera no ganábamos un partido por tres goles de diferencia, o más, desde que en la escueta aventura del 2006, cerramos la temporada endiñándole un 5 a 0 al Málaga, que lo mismo que nosotros ya andaba descendido. O sea, que la última victoria con cierta rotundidad en Primera fue en una pachanga veraniega, donde metió un gol hasta el ínclito Estoyanoff (¿Se acuerdan? No es el de la foto,ojo. El de la foto es Sesma). Aquella noche, aún descendidos, la afición despidió la temporada de manera festiva, asunto que a Estoyanoff le flipó, tal y como durante esa madrugada me contara en el Barabass donde me lo encontré “de casualidad”. Esperemos que este año no suceda lo mismo (me refiero al descenso. Ajolá estuviera el Barabass abierto y Estoyanoff siego allí todavía)

Fuente: cadistas1910.com



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