lunes, 4 de marzo de 2024

LALIGA EA SPORTS JORNADA 27

 RAYO VALLECANO 1 - CÁDIZ 1

EMPATE TAN CRUEL COMO INJUSTO. QUEDAN LAS MATEMÁTICAS


RAYO VALLECANO: Dimitrievski, Balliu, Aridane, Lejeune, Espino, Miguel Crespo (De Frutos 56'), Óscar Valentín (Pathé Ciss 81'), Isi Palazón (Kike Pérez 97'), Álvaro García, Óscar Trejo (Unai López 56') y Raúl de Tomás (Falcao 81').

CÁDIZ: Ledesma, Iza Carcelén, Jorge Meré, Víctor Chust, Javi Hernández, Rubén Alcaraz, Kouamé (Escalante 85'), Sobrino (Iván Alejo 85'), Robert Navarro (Machís 94'), Juanmi (Sergi Guardiola 81') y Maxi Gómez (Chris Ramos 81').

ÁRBITRO: Alberola Rojas (castellano manchego). Amonestó a Miguel Crespo por el Rayo Vallecano y a Iván Alejo por el Cádiz.

GOLES: 1-0 Lejeune (88'), 1-1 Javi Hernández (102').

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 27ª jornada de LaLiga EA Sports disputado en el estadio de Vallecas ante 12.272 espectadores. El encuentro estuvo paralizado durante unos 12 minutos debido a la fuerte lluvia.




CRÓNICA CÁDIZ DIRECTO: Cuando vienen mal dadas, no hay forma. A este Cádiz no le vale ser mejor que el rival durante casi todo el partido. No le vale acumular ocasión tras ocasión. Ha acumulado tanto malo en lo deportivo y como club, que el fútbol se ha vuelto cruel con él. Esta vez un error de uno de los mejores hombres todos años en Primera, Ledesma, deja a los amarillos condenados al descenso. Javi Hernández empató y los amarillos acariciaron el empate en el arreón final, pero no hay forma.

Sería injusto cargar las tintas sobre ese fallo, porque van seis meses sin ganar. Y porque ante el Rayo los amarillos fueron muy superiores, pero sin gol. Y eso sí es un problema futbolístico. El equipo lo intentó hasta el final y tuvo dos en la prolongación de la prolongación, pero la temporada parece gafada.

El Cádiz dominó el primer tiempo y medio segundo y acumuló ocasión tras ocasión hasta que el árbitro paró el partido por una tormenta de agua, granizo y aguanieve. Ahí desapareció el equipo amarillo y llegó ese fallo de Ledesma. Luego los cadistas tiraron de casta, de orgullo y empataron el partido. Y tuvieron dos ocasiones de haber logrado un segundo gol que hubiera hecho justicia. Pero lo dicho, la suerte ha abandonado al Cádiz.

Ahora ya solo quedan las matemáticas. Y para los creyentes, rezar para que venga otro milagro como los de los años 80 y principios de los 90. Pero, parece claro, que ni está Irigoyen ni este fútbol actual es aquel en el que el Cádiz llegó a ganar una liga los tres últimos partidos por 1-0, uno de ellos sin tirar a la portería rival en jugada.

Este empate en Vallecas eleva seis meses y 22 partidos sin ganar una de las peores rachas de la historia del fútbol español. No es el peor de la historia porque Almería y Granada han hecho suficientes deméritos para que ni en eso destaque este Cádiz. Con este resultado, la permanencia queda a cinco puntos que serán seis por la diferencia de goles. El Cádiz debe ganar, al menos, dos partidos más que el equipo que le precede en la tabla. Dos partidos más que el rival en una campaña en la que lleva ganados dos partidos en 27 jugados. Ganar dos más que el Celta (o el Mallorca si no gana) en once partidos. Lo dicho: solo quedan las matemáticas o los milagros para no dar por descendido a este equipo.

El Cádiz salió mejor. De hecho, fue mejor hasta el parón por la tormenta. Los primeros minutos se jugaron en la cancha rival salvo una incomprensible acción de Meré en un córner que se la dio a Trejo, que no pudo culminar su carrera de 50 metros porque Javi Hernández lo evitó. Fue un susto gordo, pero afortunadamente el Rayo tampoco está nada bien.

Para un partido clave, Pellegrino volvió a dejar en el banquillo al máximo goleador cadista, dándole toda la confianza del mundo a Maxi Gómez. El uruguayo estuvo en todas en el arranque. Recuperó y dio. A veces en exceso, como cuando en el minuto 10 se quedó solo ante el meta Dimitrievski y en vez de chutar la intento pasar a un compañero. Lo que es la falta de confianza.

Un minuto después, Juanmi se adelantó a la zaga rival para cruzar en exceso un buen centro de Rober Navarro. Era el momento del Cádiz. Se veía la mejor versión del Cádiz. No solo en el partido, sino en los últimos encuentros. Los amarillos, de nuevo vistiendo de otro color, llevaban la iniciativa del choque. Pero como siempre, la debilidad defensiva hacía pensar que, a la primera del rival, marcaría. Casi ocurre en el 16, cuando el disparo de Isi Palazón desde la frontal no puso ser detenido por Ledesma, pero su rechace botó y le permitió atajar antes de que entrara.

El susto no amedrentó a los cadistas, que dieron un par de avisos más. Al menos, había sensación de peligro, acumulando saques de esquina. En uno de ellos, un mal despeje de Raúl de Tomás casi se cuela en su propia portería. El único córner que fue a la portería rival, ya que el equipo de Pellegrino ni tocaba estas acciones. Aún así, se rumiaba que podía pasar cualquier cosa. Pero no había gol. Nada nuevo.

Pasado el ecuador del primer acto, el Rayo volvió a tener una buena opción. Álvaro García logró centrar ante Iza y De Tomás buscó hueco para rematar. Superó a Ledesma, pero, aunque se iba fuera, despejó la zaga cadista.

El Cádiz tampoco acusó el uy y cuando se iba a cumplir la media hora dispuso de dos grandes ocasiones. Ambas, esta vez sí, de Maxi Gómez. En la primera, desde el lateral buscó el efecto. En el inexistente saque de esquina que dio Arberola Rojas remató muy bien de cabeza en el segundo palo, pero Dimitriesvki estaba muy bien situado.

El choque seguía siendo del Cádiz, pero la experiencia acumulada en seis meses no dejaba confiarse. Trejo dispuso de otra buena antes del minuto 40. Ninguna de las tres intentonas del Rayo en este primer tiempo llegó a ir entre los tres palos. Los amarillos tenían el partido y las sensaciones y señales del equipo de Vallecas no eran mejores que la del peor Cádiz.

Poco cambio en el inicio de la reanudación. Ni siquiera la falta de gol del equipo gaditano. Primero Sobrino y acto seguido Maxi tuvieron sendos cabezazos al borde del área pequeña que no encontraron gol cuando se cumplía el minuto 51. En el 53 llegó el primer gran aviso del Rayo, cuando De Tomás obligó a Ledesma a sacar una mano providencial.

Ahí la cosa se puso seria. En lo meteorológico de entrada, con un tremendo chaparrón de agua y granizo sobre Vallecas. De esos chaparrones que obliga a entornar los ojos. Tanto que Arberola paró el choque en el minuto 15 de la reanudación. Curioso, que el Cádiz tuviera que jugar la copa contar el Arandina con un terreno de juego en peores condiciones por la lluvia desde antes de empezar.

Tras once minutos en la caseta, el encuentro se reanudó con un Rayo mucho más enchufado y un Cádiz que acusaba las condiciones climáticas y el estado del terreno de juego. El choque pedía cambios, pero Pellegrino tardó en mover el banquillo, aunque el partido lo esperó esta vez pese que el rival estaba mejor.

Cuando entraron los relevos el Cádiz no se enmendó y llego el golpe de gracia: un estrepitoso error de Ledesma en un saque de esquina dejó a los pies de Lejeune un gol que el Rayo no mereció y que deja al equipo cadista con un pie en segunda.

Los amarillos trataron de revolverse, pero marcar dos goles en los algo más de 15 minutos que quedaban era demasiado para un equipo tan tocado en todos los aspectos como este Cádiz. Javi Hernández empató en el 102 y el Cádiz tocó a arrebato. Los amarillos creyeron entonces en el primero de los milagros para lograr la permanencia. Y en dos ocasiones estuvieron cerca del gol. La última cuando ya se habían superado los 4 minutos de añadido. No hubo forma y el empate, que sabe a derrota, es tan injusto como estéril.

Fuente: cadizdirecto




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