CÁDIZ 0 - RACING 1
EL LÍDER ACABA DESQUICIANDO A UN CÁDIZ EN DESCENSO
CÁDIZ: David Gil, Iza Carcelén (Iván Alejo, 69'), Fali, Víctor Chust, Matos, Rubén Alcaraz (Escalante, 69'), Kouamé (Melendo, 80'), Ontiveros (Mwepu, 85'), Brian Ocampo, Carlos Fernández y Chris Ramos (Sobrino, 85').
RACING: Ezkieta, Michelin (Sangalli, 43'), Castro, Montero, Mario García, Vencedor, Aldasoro, Rodríguez (Karrukaburu, 67'), Andrés Martín (Carrascal, 88'), Iñigo Vicente (Iñigo Sáinz, 88') y Arana (Suleiman, 67').
ÁRBITRO: Arcediano Monescillo (castellano-manchego). Amonestó a los locales Rubén Alcaraz (15'), Iza Carcelén (49'), Chris Ramos (52'), Víctor Chust (94'), Iván Alejo (96') y Fali (97'), y a los visitantes Michelin (18'), Castro (59') y Suleiman (96').
GOL: 0-1 Arana (56').
INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la décima jornada de Liga disputado en el estadio Nuevo Mirandilla ante 15.545 espectadores.
Los amarillos naufragaron por enésima vez fruto de un cóctel letal de endeblez futbolística y mental con el histerismo como elemento añadido. No caben más excusas. Esto es un desastre, una secuencia interminable de fiascos. Para no perder costumbre, los errores facilitaron el triunfo de un Racing que sacó petróleo de su fulgurante arranque de la segunda parte para cobrar una ventaja que supo administrar con eficacia. Los locales se mostraron impotentes y se ganaron a pulso un nuevo varapalo. Su inexplicable desconexión al comienzo del segundo acto acabó costando carísimo. Ni un mísero punto y un peligros coqueteo con la zona de descenso, con los jugadores y el entrenador en la picota.
Paco López volvió a arriesgar con una alineación con una vocación netamente ofensiva, sin un pivote defensivo y con dos puntas. Realizó dos modificaciones, ambas en la zaga, con la inclusión de Fali y Matos. Un 4-4-2 de inicio con una presión asfixiante arriba. La idea era que se jugase la mayor parte del tiempo en la parcela del contricante. El primer avisó llegó en el minuto 3 con una internada y posterior centro de Brian Ocampo con cabezazo fuera de Carlos Fernández. En el 6 quien remató con la testa fue Chris Ramos con la pelota a las manos de Jokin Ezkieta.
El Cádiz CF salió a morder con un ritmo frenético difícil de sostener. Atacó con juego posicional y al contragolpe porque el Racing también buscó la portería contraria. En el 10, una buena acción de Chris Ramos dentro del área terminó en saque de esquina tras golpear el esférico en un zaguero después de su derechazo.
Las sensaciones no podían ser mejores en un prometedor arranque con Kouamé como jefe de la medular y Ocampo desatado por la izquierda. La cuestión era si los locales iban a ser capaces de aprovechar su momento.
La ocasión más clara en los veinte minutos iniciales la puso el visitante Andrés Martín con un remate en el interior del área que sacaron entre David Gil y Fali. Los foráneos se fueron soltando tras aguantar el asedio en el comienzo y el duelo ganó en el equilibrio. En el 23, los jugadores del Racing reclamaron penalti con insistencia por una supuesta patada de Iza Carcelén a Castro dentro del área. Ni el colegiado ni desde el VAR apreciaron nada punible.
Aparecieron los nervios y con ellos numerosas interrupciones por faltas de un bando y otro. En el 29, el árbitro se comió un clarísimo empujón sobre Carlos Fernández cuando se disponía a tirar. Los locales no pararon de intentar en ataque y en el 33 no marcaron de milagro cuando, con el guardameta ya batido, Mario García despejó el cuero en línea de gol tras un remate a bocajarro de Carlos Fernández después de una jugada de fantasía de Brian Ocampo. Replicó de inmediato Pablo Rodríguez delante de David Gil pero con la pelota al lateral tras disponer de poco ángulo en su disparo.
Después de haber ido de más a menos, el Cádiz CF apretó en busca de un gol que le otorgase ventaja en la recta final de la primera parte. No lo consiguió. Conectó pases arriba pero le faltó definir. Quien estuvo a punto de marcar fue Marco Sangalli en la prolongación con un potente tiro y el balón repelido por David Gil. El empate a cero al descanso repartió méritos entre las dos escuadras. El encuentro se iba a resolver en una segunda mitad condicionada por el nivel frescura de los futbolistas y la aportación de los actores que saliesen desde el banquillo.
Un error de bulto de Víctor Chust nada más comenzar la segunda parte estuvo muy cerca de costar muy caro. Regaló la pelota en su zona y Andrés Martín mandó fuera solo delante de David Gil. Se salvó de milagró un Cádiz CF que se vio sorprendido por la salida en tromba de un Racing que presionó y robó arriba y metió atrás a los de casa.
El líder de la Liga se envalentonó hasta tal punto que el Cádiz CF se hizo pequeño, se perdió en el centro del campo y fio su juego a los pases largos y aéreos en busca de los delanteros. Mientras, los errores en los pases en campo propio propiciaron acercamientos muy peligrosos de los cántabros.
Los amarillos no se enteraban nada y en el minuto 56 tropezaron con la dura realidad. Un saque de esquina mal defendido derivó en un cabezazo de Arana con el que aljo el esférico al fondo de la portería. El 0-1 fue un jarro de agua fría para la parroquia local sobre el césped y en la grada.
Trató de reaccionar el equipo anfitrión con carácter. En el 60, un inocente disparo de Ontiveros acabó con el balón entre los brazos de Ezkieta. Lo volvió a intentar poco después el malagueño, esta vez fuera.
El tanto en contra despertó a un equipo que se volcó en ataque. En el 65, Carlos Fernández tiró la pelota a las manos del cancerbero desde una buena posición nada más acceder al área en solitario.
Paco López se decidió a mover el banquillo con la entrada de Iván Alejo como lateral derecho y Escalante para oxigenar la media. Los arreones de los amarillos dependieron en buena medida de Brian Ocampo, el único capaz de desequilibrar. La consigna parecía clara: balones al uruguayo. No paró de inventar pero no encontró acompañamiento.
La precipitación aumentó con el transcurso de los minutos. Un equipo alocado que cayó una y otra vez en la trampa del fuera de juego. El preparador cadista hizo debutar a Óscar Melendo en una recta final preñada de incertidumbre cuando el partido parecía perdido no por falta de tiempo sino por la ansiedad de un Cádiz CF que no daba pie con bola. Las dos últimas cartas desde la suplencia fueron Sobrino y Mwepu en una medida a la desesperada para al menos intentar evitar la derrota.
Sobrino perdió una clara ocasión para el empate en su primera intervención (en el 86). Recibió el balón dentro del área y se quedó a medias entre un un tiro y un centro sin destino. Los útimos instantes fueron un querer y no poder. Casi no se jugó y llegó el pitido final para confirmar un nuevo fracaso.
Diario de Cádiz
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