LA CRÓNICA DE VERA LUQUE
A DIOS ROGANDO Y DAVID PARANDO
Hubo un momento del partido en el que uno no sabía ya si el mano a mano que David Gil le ganaba a los delanteros levantinos era el quinto, el sexto o el vigésimo séptimo. De hecho, el gol del Levante es gol porque el delantero no tenía delante a David Gil, si no, otra que salva, te lo digo yo a ti.
Paco López anoche abrió el cuaderno de bitácora de la temporada y tachó el renglón titulado «Duda en la portería». No recuerdo una reivindicación más rotunda de un futbolista en su puesto que el catálogo de duelos mano a mano que ayer se trajinó el hypsteroide guardameta cadista. Síntoma a su vez de los agujeros defensivos, por no decir boquetazos, que provocaron esos cinco o seis, o veintitantos «uno contra uno», delantero contra portero, que antes te decía.
Nos autocomplacemos pensando que el Cádiz pudo hacer dos o tres goles en la primera parte, sin querer pensar que el Levante nos pudo haber hecho siete u ocho a lo largo del partido si no es por la presencia divina de San David Gil, y un poste con paseíto posterior de la redonda por la línea de meta en el minuto ochenta y muchos, que vino a certificar que la ofrenda floral de los nuestros a la Virgen del Rosario fue más generosa que la que el Levante le haya hecho a la Patrona de allí.
Preocupa, o debe preocupar tela, que en defensa de cinco entraran los atacantes levantinos como adolescentes en barras libres cotilloneras. La composición de dicha defensa de cinco era cuanto menos, arriesgada: los únicos tres centrales disponibles más un lateral a pie cambiado. No es producto de un ataque de majadería del entrenador, ni un experimento de míster visionario. Más bien un tirar palante con lo que hay.
El sábado el Cádiz puso en el once inicial a diez que fueron protagonistas de la malditísima racha de 23 partidos sin ganar del año pasado, Arandina incluido. Esos mismos diez también estaban hace dos temporadas cuando en la primavera del 23 se logró la permanencia a base de tambores en Fondo Sur, sangre, sudor, lágrimas, Ledesma, Espino y Bongonda. O sea, que un equipo en franca quemaera-decadencia desde hace casi dos años no contempla Plan Renove.
Si jugó uno nuevo (Glauder) fue posiblemente por la baja de Luis Hernández, si no, salen al campo los mismos que ponía Pellegrino, que a su vez son los mismos que ponía Sergio González. Que oye, en su día salvaron la papela, eso sí, con la inestimable ayuda de los tres que antes te nombré, los cuales traspasamos a cambio de una pasta gansa invertida alegremente en cualquier cosa, excepto recambios mejores.
El Cádiz lleva el mismo estilismo de hace dos veranos, y de vez en cuando hay que hacer una comprita, porque cuando te quieres dar cuenta, aquellos vaqueros piratas que eran tan molones en el botellón de Muñoz Arenillas hace equis, hoy te hacen una hechura de poligonero conflictivo que lo flipas.
Y eso es lo que escama a cualquier cadista de a pie. Si después de la debacle de la jornada 1, en una semana lo único que ha sonado ha sido un canterano sevillista para un puesto que dentro de lo que cabe es lo que más cubierto tenemos, y encima no viene… Si a falta de una semana para que chapen el mercado estamos más en disposición de perder efectivos que de sumarlos a la plantilla… Si es patente y claro, como que la Tierra es redonda y que el agua moja, que necesitamos otro lateral izquierdo, un central mínimo (repasando el texto de la columnita me entero de lo del serbio de 20 añitos… venga, admitimos pulpo), tíos de banda, y al menos dos delanteros con mala leche…
¿Qué está pasando? Sabemos que Amazon te trae las cosas de un día para otro a la puerta de tu casa, pero en el mercado futbolero aún no han entrado, así que descarten fichajes online. Me temo que con esto vamos a estar hasta que vengan los Reyes. Y hasta entonces, continuas alineaciones parcheadas, más flores al Nazareno para que no se nos escoñe nadie, Paco López haciendo ropavieja, y mientras, nosotros alegrándonos por empatitos in extremis como el de ayer, viendo pasar la temporada con apatía y cara de panfilos. Ojalá me equivoque.
cadizdirecto
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